La naturaleza de los niños se
halla habitualmente capacitada para una libre expresión y la vivencia espontánea-
y en tiempo real- de la satisfacción por el aprendizaje sin proponérselo. Esto
los hace proactivos, originales, creativos e innovadores en el escenario que
les toque vivir. Hoy día la realidad de su naturaleza sigue siendo un hecho; la
realidad de los escenarios en los que les toca desplegar su naturaleza un desafío.
Ellos no son menos parte de un mundo cambiante, competitivo, con crecientes
niveles de stress y exigencia. Es por ello que resulta vital incluir tempranamente
experiencias en las que construir un repertorio de conductas saludables que serán
pilar para su vida futura. Espacios
donde, ni mas ni menos, poder recuperarse, encontrarse, descansar y ser! Ser
desde las posibilidades, desde las propias inquietudes, a la que solo puede
llegarse conociéndose y reconociéndose; valorando las diferencias que nos
vuelven únicos y particulares. Particularidades donde asientan las bases de
infinitas conquistas de crecimiento.
